viernes, 21 de octubre de 2011

Competencia

insinsInteresante historia… como lo aplicas a tu vida?

 

Giselle Manya P.
Enviado el: Jueves, 06 de Octubre de 2011 09:58 a.m.

En British Columbia (Canadá) se celebraba el anualmente Campeonato Mundial de Taladores de troncos". Después de varios días de competición, habían llegado a la final solamente dos participantes: un canadiense y un noruego.

La tarea estaba muy bien organizada, cada uno de ellos tenía asignado un sector del bosque para talar troncos. Se trataba de ver quién era capaz de cortar más troncos entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde. Quién cortase mayor número de troncos, sería el ganador indiscutible.

A las ocho en punto, un silbato anunció el comienzo de la competición. El intenso y rítmico sonido de las hachas talando los troncos era lo único que se oía hasta que a las nueve menos diez de la mañana el noruego, dejó de talar. El canadiense, tomándose este silencio de su competidor como una oportunidad, redobló sus esfuerzos.

Y así, diez minutos antes de que se cumpliese una nueva hora el noruego paraba, y reanudaba su tarea diez minutos más tarde. Y, así fue hasta que a las 4 de la tarde sonó el silbato del juez dando por terminada la competición. En ese momento, el ánimo del canadiense no albergaba la más mínima duda acerca de quién era el ganador.

Puede usted imaginarse cómo le pilló por sorpresa el descubrir que había perdido.

"¿Cómo lo has logrado?", le preguntó al noruego. "Durante todo el día, cuando faltaban diez minutos para la hora en punto, te he oído parar. Luego, ¿cómo demonios puedes haber cortado más leña que yo? No es posible, no."

"Es muy simple", le respondió el noruego asertivamente. "Es cierto, cada hora, cuando faltaban diez minutos para la hora en punto, he parado. Y, mientras tu continuabas cortando, yo me dedicaba a afilar mi hacha."

Si perseguimos la meta sin descanso ni tregua, si "no afilamos nuestra hacha" metafóricamente hablando, puede que nos suceda lo que al canadiense… que no logremos ganar. Descanse, afile sus capacidades, pula sus dones y llegará a la meta

Ninguna meta es, ni debería ser, más importante que usted mismo. Aparque la competitividad neurótica y enfermiza. Deje ya de tratar de demostrarle al mundo que vale. Usted es un ser valioso por sí mismo, la creación suprema de Dios y no ha de demostrar nada a nadie, ni tan siquiera a sí mismo. Disfrute el proceso, disfrute su vida.

Saludos  

 "La felicidad consiste en disfrutar lo que tienes mientras luchas por alcanzar algo mejor"

 Mariana Melgar C.

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