viernes, 25 de noviembre de 2011

No eres lo suficientemente bueno!

La auto conmiseración puede ser una gran enemigo para nosotros… hace que nos sentemos o que culpemos a otros de las decisiones que tomemos porque no reaccionaron como lo esperábamos… incluso hace que nos separemos o nos apartemos de las personas por el rencor que podemos mantener…

A veces es difícil darnos cuenta… aunque este músico se esforzó para ue nadie más lo critique (podría haber un poco de orgullo), nuestra motivación a avanzar es para dar gloria a Dios y ser más útiles para él: servimos a Dios en primer lugar.

Bendiciones!

Giselle Manya P.

De: Mariana Melgar
Enviado el: Viernes, 25 de Noviembre de 2011 09:31 a.m.
Asunto: No eres lo suficientemente bueno!

En 1946, Ray Charles escuchó que la orquesta de Lucky Millinder visitaría la ciudad.

Charles se las arregló para tener una audición con él y esto lo emocionó. Si lograba unirse a Millinder sería, sin duda, algo grande.

Cuando llegó su oportunidad, el joven músico tocó el piano y cantó dando lo mejor de sí. En su condición de ciego, Charles no podía ver la reacción de Millinder, por lo que cuando terminó, esperó pacientemente por su respuesta. Finalmente el director de la orquesta le dijo: «No fue lo suficientemente bueno, muchacho».

Charles regresó a su cuarto y lloró.

Algún tiempo después, Charles dijo: «Aquella fue la mejor cosa que pudo haberme pasado. En lugar de compadecerme de mí mismo, me puse a practicar para que nunca nadie volviera a decirme lo que me había dicho Millinder». Y no han vuelto a decírselo.

Como afirma el dicho popular: «Puedes decir que te sorprendieron una vez, después de eso, sencillamente no estás preparado»

La preparación de Charles le ha rendido frutos por más de medio siglo, es un artista mundialmente reconocido.

Quizás la preparación no garantiza el triunfo pero sin duda te da las condiciones para alcanzarlo.

¿No crees que ya has llorado lo suficiente frente a la desilusión que recibiste o las palabras que te dijeron? Es hora de usar el pañuelo, secarte las lágrimas y ponerte a trabajar para superar esa etapa en la que has fallado. Recuerda, no estás sólo. Dios está a tu lado. Levántate y comienza de nuevo!!!.

Saludos

Mariana Melgar C.

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